Derechos humanos y Paz

La libertad de expresión es un derecho fundamental reconocido internacionalmente desde 1948. En los últimos tiempos, se ha visto limitado incluso en países democráticos por los excesos de la lucha antiterrorista y una regresión en cuanto a derechos civiles.

Pese a que el primer artículo de la Declaración Universal de Derechos Humanos establece que “Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos”, en la realidad todavía existen grandes desigualdades por lo que algunas personas aún no son libres y su dignidad no ha sido reconocida. Compromiso, sensibilidad y reconocimiento de la libertad e igualdad en dignidad y derechos son algunos de los retos que tenemos que asumir.

Todas las personas son iguales ante la ley. Según la Declaración Universal de Derechos Humanos todas las personas tienen derechos por ser humanas. El  artículo 7º establece que: «Todos son iguales ante la ley y tienen, sin distinción, derecho a igual protección de la ley.»

“En caso de persecución, toda persona tiene derecho a buscar asilo, y a disfrutar de él, en cualquier país” según la Declaración de los Derechos Humanos. No obstante, existen muchas vulneraciones de este derecho en todo el mundo y es necesario actuar a todos los niveles para fomentar su cumplimiento.

La educación es un derecho habilitante. Esto significa que en sí mismo sirve al “pleno desarrollo de la personalidad humana”, pero también es necesario para favorecer el cumplimiento de otros derechos humanos y libertades fundamentales como los de género, la igualdad de oportunidades y la sostenibilidad ambiental.

“La paz es mucho más que una toma de postura, es una auténtica revolución, un modo de vivir, un modo de habitar el planeta, un modo de ser persona” (Maria Zambrano)

En el pasado, los muros se levantaron para proteger a la ciudad de saqueadores e invasores. La globalización ha supuesto más muros para las personas y menos para el capital financiero.

El agua es fundamental para el mantenimiento de la vida y por ello el acceso al agua potable es un derecho humano. La mercantilización del agua ha convertido este recurso vital en el nuevo oro del siglo XXI.