Otro mundo es posible
La actual crisis del COVID19 no sólo trae consigo un drama sanitario, sino también tendrá un fuerte impacto económico. Algunas de las principales instituciones financieras internacionales apuntan hacia una caída del PIB mundial de entorno al 3% o de incluso un 8% en países gravemente afectados por la pandemia, como es el caso de España.
Entre las distintas propuestas económicas que se están realizando, está el establecimiento de una renta básica y el bono social (electricidad, agua…) y su gestión desde cualquier entidad comercializadora (no sólo las grandes empresas). Asimismo, se ha puesto especial énfasis en el fomento del empleo inclusivo, a través de actividades de cualificación laboral para personas en situación o riesgo de exclusión social, incentivos para su contratación en programas públicos y en empresas privadas, y promoción de empresas de inserción. De igual modo, se está proponiendo el impulso nuevos modelos de gestión de la vivienda, a través de la reserva de suelo público para cooperativas de vivienda colaborativa en régimen de cesión de uso, promoción del parque público de vivienda de alquiler social, desarrollo de iniciativas de vivienda intergeneracional, etc.
También se ha planteado el impulso del comercio justo, así como iniciativas locales para el cumplimiento de la Estrategia Europea 2020 y de la Agenda 2030, y la inclusión de cláusulas sociales en la contratación pública que incluya criterios de comercio justo y atención a las condiciones sociales en las cadenas de suministro. Para todo ello, se propone promocionar unas finanzas éticas, haciendo que las prácticas financieras de la administración pública estén al servicio del bien común.
Es una oportunidad para repensar el modelo económico actual. Se trata de evitar que sean los sectores más vulnerables los que sufran la crisis económica que se está gestando. #alternativasporhacer
Jose Carlos Alcaraz