El derecho a la salud y los pueblos indígenas
La actual crisis sanitaria de la COVID-19 ha permitido constatar la desigualdad, así como como las brechas idiomáticas que se producen en contextos con diversas lenguas, y en que un parte de la población es indígena. El derecho a la salud debe ser garantizado para toda la población y se deben establecer medidas de prevención y cuidado, también para la población indígena. Estas medidas son vitales para evitar que los “pueblos originarios” sean gravemente afectados en su modo de vida y del buen vivir. Como ha señalado el relator especial de la Naciones Unidas sobre los derechos de los pueblos indígenas: “es responsabilidad de los Estados dar a los pueblos indígenas información sobre el COVID-19 en sus idiomas y garantizarles el acceso a los servicios médicos que sean apropiados según sus culturas”.
Las condiciones estructurales de vulnerabilidad que sufren la mayoría de los indígenas, muchos sin acceso a servicios básicos, suponen un riesgo importante ante la COVID-19. La pandemia puede acrecentar la desigualdad y los niveles de pobreza, aún más y de acuerdo a la ONU, los Pueblos Originarios representan 19% en la extrema pobreza a nivel mundial, todo lo cual, tienen consecuencia en el goce y ejercicio de los derechos humanos; y en tanto ello, constituye una población en riesgo. De ahí la importancia de adoptar medidas sanitarias específicas de cuidado y prevención de salud, a la vez, que éstas respeten la integridad cultural indígena.
La ciudadanía indígena, en consideración a ello, ha ideado diversas iniciativas urbanas y/o rurales a fin de prevenir y cuidarse, en especial, a niños, mujeres embarazadas y ancianos. Han promovido distintas acciones preventivas, como la realizada por el Programa de Radio Ayni, la que consiste en transmitir la campaña “Los pueblos nos cuidamos del COVID-19”. Es así que difunde por radio las cápsulas en lengua quechua y aymara realizadas por el Taller de Radio de Lenguas Indígenas de Arica (Chile), las que informan sobre los síntomas y la prevención del coronavirus.
Por su parte, las comunidades del pueblo Mapuche han impulsado diversas iniciativas y además adoptado medidas de auto-confinamiento, incluso las Comunidades de Maihue y Rupumeica – emplazadas al sur de Chile – se organizaron para instalar una barrera sanitaria a fin de restringir la entrada de personas foráneas y turistas, permitiendo sólo el ingreso de los habitantes de dichas comunidades y vehículos de primera necesidad. Los que pasan son desinfectados por los vecinos de la zona, a la vez, buscan concientizar de la importancia de cuidarse mutuamente.
El Centro de Salud Intercultural y Comunitario Boroa Filulawen – que destaca por brindar atención de salud con pertinencia cultural mapuche – ha impulsado distintas medidas de prevención del Covid -19, tales como: visitas médicas domiciliarias, entrega de mascarillas y escudos o viseras faciales a las personas, explicación en mapudungun la forma de prevenir el contagio de la COVID-19.
Como señala el informe de la Plataforma Indígena Regional: «evitar el ingreso del virus a su territorio es una cuestión de vida o muerte, no solo de las personas, sino de los pueblos como colectividad».
La población indígena latinoamericana navega en una corriente de aguas peligrosas ante una pandemia para la que las sabiduría ancestral no es suficiente y debe ser protegida.
Consuelo León