El poder de las palabras
Para Charo, una octogenaria del madrileño barrio de Lavapiés la palabra “vecino y vecina” ha adquirido un nuevo significado. Como otras muchas personas mayores está pasando el confinamiento sola en su casa y casi no conocía a los vecinos. Por eso fue una auténtica sorpresa, cuando el día de su cumpleaños el vecindario le organizó una fiesta de cumpleaños y le hizo una tarta. Lloró de emoción por la generosidad de sus vecinos; desde entonces ellos han pasado a convertirse en parte de su familia. Nunca se había sentido tan sola y tan acompañada al mismo tiempo.
Todo un sistema de solidaridad vecinal se ha activado desde el inicio de la pandemia, para ayudar, acompañar, informar, consolar y para atender las necesidades de las personas más vulnerables. Plataformas como Frena la Curva han recogido muchas de estas iniciativas, situándolas en un mapa y favoreciendo la interrelación y el intercambio entre ellas.
Desde que empezó la crisis del COVID-19 muchas palabras se han colado en nuestras vidas: pandemia, confinamiento, virus, estado de emergencia, guerra y muchos lemas se han incorporado a nuestra cotidianidad: #quedateencasa #estevirusloparamosunidos.
También han surgido nuevas palabras y otras han adquirido nuevos significados: como vecinos, comunidad, abrazos, servicios públicos, o procomún… El poder de las palabras para construir la realidad; esto es lo que se ha propuesto hacer Gi Orman con el maravilloso vídeo: The Power of Letters: Querantine and Isolation de JCBSN, que transforma las palabras sólo cambiando unas letras.
Palabras de ánimo que en forma de carta han servido para acompañar a aquellas personas hospitalizadas, que pasaban el día en completo aislamiento. Esta fue una iniciativa de una médica del Hospital de la Princesa que pidió cartas anónimas de apoyo a los pacientes que estaban aislados por el coronavirus y recibió 35.000 misivas que fueran distribuídas.
Palabras para dialogar, para buscar soluciones a esta crisis sin precedentes, para construir juntos, desde el apoyo mutuo y el conocimiento compartido. Así un grupo de personas del ámbito sanitario han pedido a la clase política a través de un vídeo que dialoguen para buscar soluciones y pongan fin a los mensajes de odio, que polarizan y destruyen la posibilidad de buscar soluciones.
También ha habido palabras para la imaginación, para acompañar a partir de cuentos a las personas que se sienten solas, como esta bella iniciativa de los cuentos por teléfono: ¿Me cuentas un cuento? De casa a casa llevada a cabo por la escuela de cuentacuentos de Tierra de Lara. O el libro Hay palabras que son viento, que han seleccionado 23 frases de las 1700 recibidas, para dar ánimo durante el confinamiento. Ha sido una iniciativa de la Fundación La Caixa con la colaboración de los ilustradores Dalmaus Oliver y Oscar Alonso . Dalmau explica que esta publicación se basa en la metáfora de la travesía por el mar en velero, en el que el viento es esencial. De igual manera en esta travesía que supone esta pandemia, las palabras de las personas son precisamente ese viento que lo mueve todo y nos regala maravillosas frases como: “Nunca la distancia nos regaló tanta cercanía”. “Nos dimos cuenta de que éramos frágiles y eso nos hizo más humanos”. “Que las únicas curvas que nos preocupen sean las sonrisas de nuestros mayores”.
Manuela Mesa